jueves, 28 de septiembre de 2017

EL FUTURO SIEMPRE ES IMPREDECIBLE. MILAGRO.

Pero cuanto más cerca se encuentre ese futuro es más fácil aventurarse al acierto. Las variables que conjugan ese porvenir son más entendibles porque sus posibilidades e indicios van tomando forma real y así, sus consecuencias y sus conjunciones son más fáciles de predecir. Pero, a pesar de todo ello, cabe, siempre es posible, la llegada del milagro y sobre todo cuando las manos de los hombres dejan de ser respetuosas y se mantienen cerradas en un puño.

Y eso que llamamos milagro es lo que algunos esperamos que aparezca en el momento más preciso, porque, a tres días de ese futuro impredecible, ha quedado más que suficiente que las personas responsables de la situación actual solo han estado jugando con el fuego y todos sabemos que el fuego es muy peligroso porque una vez que descontrola no hay bombero que lo pare. Nuestra historia está llena de esos incendios, de los que parece que nunca hemos aprendido y a los que siempre volvemos a pesar de que, tras cualquier incendio, no quedan más que cenizas.  

Las competencias, los derechos e identidades, las leyes de unos y de otros, las tergiversaciones de los órdenes, el engaño y los chantajes, toda una retahíla de justificaciones y despropósitos que demuestran una ceguera total de cuál o cuáles debieran haber sido los verdaderos procesos de una política escrita con letras mayúsculas. Gran cortedad de vista, alimento insulso y muy peligroso para la egolatría y el cinismo de quien se piensa y cree autosuficiente y poderoso en un mundo cada vez más globalizado y donde la suma de las partes son fundamentales para mantener esa identidad de la que no se puede o debe renunciar si pretendes tu sobrevivencia.

Hasta ahora solo han conseguido quemar todas las alternativas y prender chispas donde no debieran y esas chispas, cuando son demasiadas y muy variadas, pueden ser utilizadas por ajenos que tan solo buscan un buen incendio y, entonces, apaga y vámonos.

La sin razón; la obcecación; la omisión y dejación; y todas las paranoias juntas de políticos mediocres jugando con sus propios egos, son un caldo de cultivo para epidemias altamente contagiosas y nocivas para el verdadero interés del cuerpo mayor que debiera prevalecer por encima de la búsqueda de una hoja en la Historia. Y mucho menos cuando esa hoja para la Historia puede no ser honrosa ni digna. Porque el sacrificio puede ser demasiado alto y porque los sacrificados siempre suelen ser los mismos. Al final de esta historieta cada una de las partes harán uso de sus instrumentos y quien tenga más fuerza saldrá ¿Vencedor? ¿Siempre es la fuerza la que impone, siempre hay un ganador y un perdedor? No aprendemos de los errores y eso nos condena irremediablemente a repetirlos.

Esperemos tenga a bien llegar ese milagro, porque solo parece que una acción angélica o divina nos puede salvar del desastre al que nos han conducido todos los conspiradores paranoicos de la no política.


¡¡Que venga ya, por Dios!!

miércoles, 6 de septiembre de 2017

ALGÚN DIOS BUENO HA DE QUEDAR POR AHÍ

Aunque se esconden mucho más de lo que debieran porque parecen como saber el destino de los que como ellos fueron con anterioridad, y, quizá, por eso, queden tan pocos. Se mantienen agazapados, desconozco si en el interior de esta maltratada tierra o más allá de nuestro contaminado cielo. Sin embargo, de forma muy esporádica, aparecen signos y señales de que aún están cerca de nosotros: De los que aún creemos en la bondad y en la generosidad; en la honradez; en el respeto a nuestros semejantes y a cuanto la Naturaleza nos regala; en la libertad; en la belleza de cuanto nos rodea y en lo extraordinario de nuestra existencia en este pequeño y aún, a pesar nuestro, maravilloso planeta.

Sin embargo, rara es la noticia que hable de cosas buenas, rara. Nos bombardean cada minuto con noticias espeluznantes, con noticias que te hacen poner los pelos de punta y derramar las lágrimas más ocultas y duras. Asesinatos; actos terroristas; robos; maquinaciones maquiavélicas para la apropiación indebida; guerras santas y no tan santas y amenazas de más y más guerras. 

Un mundo que necesita de otros tres para mantener la rapiña, la codicia y la usura de una élite comercial; empresarial; financiera; religiosa; política y militar que solo sirven al lado más oscuro de la dualidad en la que vivimos, y donde la única luz que brilla es la de las bombas o el de las burbujas económico-financieras que hacen estallar cuando más les conviene. Un mundo fracasado y en banca rota que continúa aumentado día a día su propia deuda: En junio de este año alcanzó el 327%. O lo que es lo mismo, si el mundo produce 1 X, ya debe más de 327 X. No responde ni tan siquiera a un mínimo de eficacia, ni de sostenibilidad, cuando todos sabemos, ellos también, que los recursos son extraordinariamente escasos. Qué les importa, si al caso, quien paga y padece esa deuda somos todos los pobres de este mundo, porque, esa, la pobreza, es la única que está penalizada desde siempre, desde todos los inicios. Los ricos nunca pagan, por eso continúan siendo ricos y, eso que llaman justicia, no tiene instrumentos contra ellos, que por algo son ellos mismos quienes hacen y aplican esas leyes con la inestimable ayuda de sus comprados y chantajeados adláteres.

Esas oscuras y maquiavélicas élites han creado el mundo que tenemos hoy. Un mundo dejado de la mano de esos dioses buenos que suponemos estarán por ahí, aunque demasiado ociosos de cumplir con su obligación. Es como si el miedo también les hubiera alcanzado a ellos. ¡Menudos dioses entonces, si así fuera! ¡Qué terrible paradoja si el miedo, la mayor de las armas del mal, también alcanzara a esos dioses buenos!

Hay suficientes alimentos para todos, pero miles de millones pasan hambre. Hay suficiente dinero para todos, pero miles de millones no tienen el suficiente para subsistir. Hay suficiente agua para todos, pero millones mueren de sed. En este mundo hay suficiente para todos, pero solo unos pocos son los llamados a la casa de ese señor tan nefasto para esta naturaleza.

En nombre de no sabemos qué progreso hemos acabado con miles de especies animales y vegetales; con vastas extensiones de ricas tierras; con enormes ecosistemas fundamentales para la vida y no cesamos, sabiendo, como sabemos, que el límite ya ha sido sobrepasado con creces.


Así las cosas, a esos dioses buenos solo les quedaría la posibilidad de salvar a unos cuantos de esta raza depredadora. Unos la llaman “Arrebatamiento”, otros, “Arca”, demás, “Refugios”. Una nueva vuelta a empezar tras el reseteo, como ya lo fue en el pretérito, que la Historia siempre tiende a repetirse. Esto es lo que nos espera y que ya ha dado comienzo…