miércoles, 16 de octubre de 2013

UNA ENORME FOGATA


Es lo que nos llevan preparando desde hace unos cuarenta años o miles, una enorme fogata. En ella, cual sacrificio medieval, vamos a ser inmolados todos los gentiles y los que no lo son, también. Pues, no crean los que ayudaron a preparar la fogata, que se irán de rositas, los rescoldos también queman, prenden y matan.

A este mundo poseído por todos los males ninguna otra cosa mejor le puede acontecer, ninguna. Nada en su contra ha sido puesto en ninguna de las balanzas y estas llevan siglos decantando uno de los platillos que está a punto de tocar el suelo y reventar en él. Pues me hace pensar que tantos y tantos rezos de tantos y tantos credos, todos, han sido en vano, si no atizadores de ese fuego y sin saberlo las pobres e ignorantes mentes que les han y siguen el juego. La mentira puede ser tan profunda e incluso mucho más. Es como si la mentira fuera inescrutable, ¿Dónde comienza y dónde acaba?

Los grados de la maldad no alcanzan jamás el límite ya que para limitarlos habría que ejercer su misma violencia y, entonces, dónde estaría la diferencia. ¡Condenados a sufrir el mal! Pues, vaya historia.

Así, los demonios que sirven al jefe más satánico, nos están dando todas las señales de que la fogata está cada vez más cercana. Ya es todo el planeta el que está bajo sus señales ígneas. Nadie queda a salvo de su maléfico plan. Sus papelitos de colores variados serán la mecha. Ya ven, inofensivos papelitos de colores, los causantes de una de las mayores tragedias humanas.

Porque la barbarie, a punto de desencadenarse entre los pueblos, está siendo regada día a día y con abundancia. Los demonios están en todos los lugares más estratégicos del poder, incluso fueron votados y electos por esos mismos pueblos. Y en vez de cumplir con sus ilustres y dignos deberes, sirven al maléfico y lo alimentan hasta la saciedad. A este mundo le han sustraído más de 30 billones (doce ceros) de euros o dólares, que al fin y al cabo da igual, y nadie sabe como ha sido, como en los mejores cuentos. Este sistema que ellos, los demonios, fueron creando, está a puntito del colapso. Dio igual que en décadas pasadas hombres justos y buenos dieran voces de alarma. Nadie hizo nada para corregir el mal, más bien al contrario, se privatizaron todos los poderes y empresas a favor del sistema. Hoy son unas pocas empresas, unas pocas entidades las que dominan y nos gobiernan y les importa un bledo la gente. A ellos sólo les importa el beneficio. Tampoco les importó nunca la Tierra, a ellos, sólo lo que le puedan sacar y expoliar.

El Vaticano y Londres, residencias por excelencia del maligno, consiguieron que la vieja Europa se apeara de sus buenas intenciones primigenias y olvidándose de las causas de su origen (II guerra mundial, grandísima fogata) la fueron tergiversando y manipulando hasta convertirla hoy en lo que es: la mayor destructora del bien estar social y humano. La esperanza de aquella Europa del conocimiento, de la cultura, de la solidaridad y del desarrollo social, hoy, es tan solo un espejismo de todo aquello. Aquella Europa que pretendía ser un contrapunto al máximo exponente del mal: los EE.UU., de América y su falso, por hipócrita, capitalismo, ahora, está siendo destrozada. En todos sus pueblos y naciones se comienza a percibir un cambio que nos retrotrae a tiempos del medievo, donde la incultura, el desconocimiento y la insolidaridad junto a la miseria y el hambre pronto provocaran los estallidos de una gente a la que todo le ha sido arrebatado en aras de la inevitable y consiguiente gran fogata.

No cosa distinta ocurre en aquellos EE.UU., de América, donde sus ciudadanos, siempre obnubilados por un bienestar consumista falso, están tomando conciencia del gran engaño en el que estuvieron inmersos. Han despertado a los numerosos engaños que sus dirigentes les han procurado a través de guerras injustas, de atentados de falsas banderas, han despertado de su sueño y comienzan a vivir la pesadilla que les tenían preparada. No son más que los otros ciudadanos del mundo, están sujetos a las mismas mentiras de un sistema putrefacto y putrefactado por los antiquísimos sacerdotes del templo, del maldito templo.

Y todos los viejos demonios, que son los mismos estos que aquellos, están ganando, una vez más la partida. No hay, yo no lo veo, nada ni nadie que les ponga freno a su maléfica obra. Están libres y continúan acercando troncos y ramas al centro de la gran pira. Para ellos no es otra cosa que otro más de los grandes sacrificios a su jefe Satán. Para saciar su sed y su hambre de tanto humano irredento.

Un mundo, un planeta que posee 7 mil millones de almas y de las cuales 5 mil millones viven con 2 dólares al día. Este es el resultado de miles de años de “civilización” y lo que están haciendo es cargarse a los 2 mil millones que respiraban algo. En vez de luchar y trabajar para que todos respiren y mejorar los enormes errores que han conducido a esta deplorable situación. No se está en liberar a los que están presos, sino de encarcelar a los que están medio libres. 


Porque esta es la realidad: jamás el ser humano ha sido redimido. Todo fue una pueril mentira de la que no hemos sabido liberarnos y ¡Así nos va!

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