viernes, 1 de abril de 2011

A POR LA UNIVERSIDAD Y A LO QUE SEA

No han pasado más de cuatro meses desde que se aprobaran los presupuestos autonómicos (Valcárcel) donde las universidades de Cartagena y Murcia eran adjudicatarias de 214 millones de euros. Y ya han anunciado el recorte de dicho presupuesto. Llevan más de cinco meses sin atender las aportaciones a dichas universidades, a la de Murcia ya les deben 50 millones y a la de Cartagena 20.

Sus responsables guardan el silencio de los corderos, (Cuando el lobo, en la noche profunda, pretende su ataque, el silencio, como si de plomo se tratara, cae aplastante sobre el ánimo de los corderos que, apiñados, asistirán a la más que silente masacre. Sólo les queda el rezo a su dios para que provea el milagro y no sea él el próximo) La situación de nuestras universidades es gravísima, están acabando con sus ahorritos y se les anuncia menos presupuesto. No van a recuperar lo gastado y encima tendrá que hacer encajes de bolillo. Habrá despidos, subidas de tasas y bajada en los servicios que ambas universidades prestan, seguro. De momento aún encontramos quien financie el botellón, para que los estudiantes sigan durmientes. Mientras en S. Esteban le echan la culpa a ¿saben quién?, sí a Zapatero. Él es el único culpable, que se les grave a fuego y en la frente, ¡que eso quisieran ellos!

Los centros de enseñanza primaria, media y secundaria también llevan lo suyo. Ya no les alcanza ni para la tiza (aún se usa, gracias a que Valcárcel no quiso comprar los ordenadores personales a los alumnos) En esta Región de Murcia hasta los silencios hacen daño, son cómplices.

La situación de La Cam ya la conocemos. Engañaron con las cuentas, no ya a los que pretendían de socios sino al propio Banco de España. Y a última hora esperaban que colaran los 2.785 de púa. No ha colado. Ahora todos corren a pedir la prudencia que ellos no tuvieron. “Que puede que se juegue con fuego. Que si la credibilidad del sistema financiero. Que es culpa del ministerio de Economía y Hacienda y del Banco de España”

Es grave. Todo esto es grave. Grave por que estamos presenciando el reflejo de la gestión de los intereses de un partido y de unos militantes que, amparados por los votos de los confiados, por engañados, ciudadanos, llevan ya demasiado tiempo en sus puestos. Nunca fueron los habitantes de esta Región de Murcia el centro de su diana. Si lo eran los alrededores de ese centro. Es en ellos donde se obtienen los beneficios y son tan complejos que nos sirven de parapeto, hasta que estallen, que estallarán.

Les voy a contar, por si no lo conocen, lo más gordo que he leído con respecto al negocio de La Paramount. Y también esto es ejemplo del modelo económico de esta Región. Valcárcel saca el conejo de la chistera, Valcárcel (con nuestros impuestos) paga las comisiones, Valcárcel busca socio (Samper) 20 y 80% respectivamente, consiguen Master Plan y licencia de La Paramount, buscan socios inversores. Aquí viene lo bueno: Reúnen a los empresarios, las cúpulas de las patronales, y Samper les pide 600.000 euros si quieren participar de tan magno negocio. De esos 600.000 euros, sólo 100.000 irán a participaciones, el resto es una prima por el honor de participar en la bicoca. ¡Claro que no aceptaron! Están las cosas para hacerlo. Pero la desfachatez es colosal y no tiene límites. Se podrá buscar toda la justificación que se quiera, pero la jugada está clara: si pillamos a 5 ó 6 recuperamos lo que llevamos gastado y si son más, ya hemos hecho el negocio ¡Qué poca fe han de tener en La Paramount! Estos son los prohombres de los negocios en la Región de Murcia.  

Soy de la opinión de que ya es hora de que se sepa qué se ha hecho con nuestros ahorros e impuestos. No sólo los correspondientes a los de esta caja, que fueron en el apoyo del proyecto de bienestar y progreso que Valcárcel lideró. Ese proyecto que hoy es la ruina de miles de ciudadanos murcianos, cartageneros, lorquinos, molinenses, ciezanos, unionenses y todos los demás. El mayor de los fracasos de una política mezquina y ruin de la que sólo la derecha ha dado buenas muestras a lo largo de toda nuestra historia como españoles. Jamás hubo tanto despropósito hacia las personas, o sí, en el 36.

Cuando se pide tanta prudencia, incluso desde editoriales de prensa adscrita, a la altura del drama que estamos soportando, ya nos toca los bemoles. Y quizás sea por que esta punta del Iceberg ha de ser precisamente eso, la punta del Iceberg. Y hemos de exigir que así sea. ¡Ya está bien! ¡Ya está bien de que en esta podrida economía seamos siempre los mismos los que pagamos! Queremos saber, tenemos el derecho de saber, cuáles han sido las inversiones de esta caja. No olvidemos que aún tienen el carácter de públicas, no son privadas. ¿Por qué se invirtió en la promoción de El Pocero? ¿Por qué se invirtió en Hansa Urbana? ¿Por qué se invirtió en Polaris? Y en todas aquellas empresas, fundaciones, consorcios, clubs y sociedades: ¿Cuáles eran las motivaciones, las justificaciones o necesidades de tal o cual aportación? Pedirán el dinero a Zapatero como en las autovías sin tráfico y deficitarias.

Los que han provocado y alentado los modelos económicos que nos han conducido a la miseria, no son castigados, ni tan siquiera reprendidos, pero de sus actos sólo nosotros, el pueblo, somos los que pagamos. Desempleo, reducciones salariales, reducciones en los servicios, pérdida del nivel adquisitivo, desinversión, endeudamientos de las administraciones y de las entidades bancarias que sólo y también, pagamos nosotros.

Este es el presente. El futuro inmediato será aún peor y no quisiera ser negativo. Con estos mimbres ya no hay quién haga un cesto. El presidente Valcárcel, a la Región de Murcia, la ha dejado en quiebra total. Y esto que vamos sabiendo, que vamos sufriendo sólo es la puntita del Iceberg. Esperen a después de las elecciones, cuando ustedes, los indescriptibles ciudadanos, le voten. No quedará ni el aliento, esté seguro. Y será a pesar de que la consejera Reverte pretenda engañar a los ciudadanos diciendo que “si ganan en mayo no habrá más recortes”, otra loca más en el convento Valcarciano.

Cuando uno está en caída libre, sin haberlo provocado, se agarra a lo primero que pille con la esperanza de que sea lo suficientemente fuerte para soportar, no sólo su peso, sino también su velocidad. Poco ha de importarle si es una rama, una cuerda o el saliente de una roca. Lo que ha de importar es cambiar la inercia. El sentido de la supervivencia prevalece y seguro que se salva  y con él todos.

Yo votaré por el cambio en La Región de Murcia.


José María Hernández  

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